RUMBO A BUENOS AIRES BUSCANDO UN SUEÑO

Hace treintaiún (31) años, un 12 de marzo de 1992 salía del puerto de palos.

¡Ups!, Sorry. Por algunos segundos me creí "Cristóbal Colón.

Decía, hace treintaiún años, salí en busca de mi destino, en busca de un sueño. Y aunque no fue en un barco como Cristóbal Colón, sí fue una travesía que cambiaría mi vida para siempre.

Los recuerdos de aquel día llegan agolpándose. Todos quieren hacerse presente. Así llegan las imágenes de esa Lima de los ’90 cuando vivía en la segunda cuadra de la avenida Brasil (frente al colegio Salesiano). Llegan los recuerdos despidiéndome de mi familia, de mis amigos, de mi barrio. No sabía qué me deparaba el futuro, pero sí sabía que tenía un objetivo en mente: ser abogado. 

Hoy, puedo decir con orgullo que lo logré.

No fue fácil. El camino estuvo lleno de obstáculos y desafíos, pero nunca perdí de vista mi meta y menos mi rumbo. Y así, con dedicación, esfuerzo y perseverancia, fui abriéndome camino en el mundo del derecho.

Hace tres años atrás, tuve la oportunidad de unirme a un equipo de abogados que compartían la misma visión del derecho, que entendían, que más allá de las leyes hay personas y situaciones que merecen ser atendidas con empatía y profesionalismo. En ese momento conformamos TCV-ABOGADOS, un equipo maravilloso que creció y expandió sus fronteras.

Y aunque la pandemia nos golpeó duro, miramos el futuro con optimismo, porque en TCV-ABOGADOS, sabíamos que los sueños eran posibles si se trabajaba duro en ellos.

Un día, uno de los socios decidió marcharse. Personalmente, quizás al grupo le impregné demasiada energía, demasiada velocidad o quizás, la edad de ese socio, sobre todo sus músculos no lo acompañaron para seguir transitando con el mismo ritmo con el que habíamos comenzado en el 2020. 

Los que nos quedamos, nos reacomodamos y seguimos en el camino que nos habíamos trazado originariamente. Había que cambiar la mentalidad, en general el peruano no está acostumbrado a trabajar en equipo, es demasiado individualista. No está mal el individualismo pues sirve para crecer en lo personal, pero, para crecer de manera sostenible y sustentable, en la modernidad, se logra a través de los equipos. No le corrí al reto, había que liderar un equipo.

Nunca le he temido a los cambios, tampoco a las crisis. Precisamente es ahí cuando se despierta mi instinto natural para ser creativo. 

Siempre recuerdo que el hombre de Neanderthal desapareció de la faz de la tierra por que no supo adaptarse a su nuevo entorno (la última gran glaciación). En la vida moderna sucede lo mismo, “quien no se adapta, fracasa”, no cualquier persona puede trabajar bajo presión. En cualquier circunstancia, lo importante es tener una meta, un objetivo. “Correr por correr, no tiene sentido” 

Los sueños son vitales, pero “idea sin acción, es vacío”. Todo nace en el mundo de las ideas (hay que programarse, anotar una guía de cosas por hacer), luego, ponerlo en práctica. 

En estos tres (3) años he crecido. Vivir en Perú me ha servido para reencontrarme con mis raíces, me ha permitido desde el conocimiento analizar al peruano y a la sociedad peruana en su conjunto. Ver, lo que ellos no pueden o no quieren ver. 

Para alcanzar mis sueños, me he puesto metas y a esas metas les he otorgado un tiempo para desarrollarlo. En cuanto al derecho, siempre digo que Inglaterra o algunas sociedades tribales tienen un derecho distinto, el resto del mundo -sin importar el idioma- aplica los principios del Derecho Romano y el Código Civil Francés o llamado también el Código de Napoleón.

Por eso, quiero decirles a todos los que están leyendo este texto que los sueños son posibles. Que no importa cuán lejos parezcan estar, con esfuerzo y dedicación, se pueden alcanzar. No tengan miedo de perseguir lo que les apasiona, porque solo así podrán encontrar la verdadera felicidad. Disfruto mi trabajo, soy de esos afortunados que trabajo en lo que le apasiona y además, me queda tiempo para hacer otras cosas.

Así que, ¡anímense! No lo piensen demasiado. Si tienen un sueño, persíganlo con todas sus fuerzas. Yo lo hice, y puedo decirles que ha valido la pena cada paso del camino.

¡Hazlo, no lo dudes!

©Miguel Ángel Villegas

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