DEL CRUCE DE LOS ANDES A LOS LUCHADORES VIRTUALES

Por estos días Chile y Bolivia está hasta en la sopa. Mafalda que odia la sopa, creo que también los odiaría. Todos están luchando desde distintos frentes, con la única diferencia que algunos, la “frente” lo tienen en el lado equivocado: “La espalda”, para ser más preciso lo tienen en la nuca.

Esto me hace recordar a determinados reclamantes de la guerra de las Malvinas que pretenden ser considerados “Veteranos” por el sólo hecho de haber sido llamados, pero que nunca estuvieron en combate, contradiciendo lo que dice la RAE "Veteranos: …Que ha desempeñado durante mucho tiempo una profesión o un oficio, o tiene experiencia en una actividad…”

De este mismo modo esos luchadores modernos lo hacen desde la comodidad de sus asientos, frente a sus computadoras y muchas veces sin entender a cabalidad lo que defienden, se visten de un color determinado. Es respetable su forma de lucha, es respetable su idea, por que las grandes luchas nacieron siendo ideas.  “Idea, sin acción, no tiene sentido” decía un querido amigo, el Dr. Augusto Flores Cárdenas (médico psiquiatra)

Durante estas semanas me ha retumbado en mi cerebro eso de “Idea sin acción, no tiene sentido”. Cuando hacíamos trabajo social en las villas de la Argentina poníamos en práctica, la idea y la acción. Idea si acción hubiera sido lo mismo que dicen estos parlanchines “Porque no van a tal lugar, allá los necesitan”, cuando lo ideal hubiera sido que digan “Vamos a tal lugar, que ahí nos necesitan”. Noooo, ellos no actúan, ellos quieren que los otros actúen. Ellos prefieren mirar desde la ventana o desde el televisor. Yo estuve durante cuatro años, domingo por medio en “Acción”, poniendo en práctica las ideas.

Hace unas cuantas semanas atrás, mientras caminaba por la calle Libertad y Viamonte en la ciudad de Buenos Aires me volví a encontrar con ese viejo y frondoso árbol que tantas veces me brindó sombra mientras esperaba que sea hora para entrar a clases del Práctico profesional en el octavo piso del Palacio de Tribunales. Ya no están los viejos bancos, hay nuevos. Me entró la nostalgia de aquellos años, de las charlas con alguna compañera, de aquellos días que me escondía entre sus ramas para ocultarme del sol y comer algún sanguchito. Le tomé una foto para recordarlo en todo sus esplendor, luego le tomé otra para recordar sus largos brazos.

Árbol de Viamonte y Libertad
Ayer que lo volví a ver (la fotografía que acompaña este texto) me hizo recordar a Latinoamérica. Estamos como esos brazos, todos desperdigados, todos tirando o huyendo para lugares distintos. Hay malos líderes en Latinoamérica, todos son mediocres.  El que se les ocurra. Cuando estaba “El Tuerto” (como lo llamó Tabaré Vásquez, el ex presidente uruguayo a Néstor Kirchner) quiso que el Mercosur fuera un gran polo de unión. Parecía interesante, luego lentamente fue saliendo las verdaderas intenciones, “El Néstor” no quería el poder compartido sino sólo para él. En Perú diríamos era un “Felipillo” porque traicionaba a sus hermanos. Todos los que han surgido en ese tiempo querían agua para sus molinos y solo para sus molinos, así lo hizo Chávez y en su momento Correa intento hacer lo mismo, pero al ser un país pequeño no tuvo el poder suficiente para tener influencia.

Que Maravilloso hubiera sido que el Mercosur y el Pacto Andino se hubieran convertido en uno sólo como la Unión Europea. Allá, en Europa pueden hacerse la guerra, pero cuando deben negociar para beneficiar a sus empresas está unidos, sino fíjense como Finlandia no permite una empresa del tipo que está asentada en Botnia, pero no tiene prejuicio que lo instale en cualquier otro lugar del Planeta.

No es extraño ver que en Latinoamérica nadie defienda nuestros intereses cuando la mayoría está mirando para otro lado o solo lo hace desde la comodidad de su asiento frente a su teclado (algunos desde su celular). No me imagino a San Martín liberando a los pueblos de América desde la comodidad de su casa en Mendoza.

Tampoco me imagino a San Martín improvisando, sino por el contrario preparándose, estudiando todos los detalles. Con esto quiero decir, que hoy los opinólogos abundan a raudales, no entiende en un carajo, pero ahí están opinando bajo el pretexto de la Libertad. Me recuerda las palabras de Umberto Eco que dijera “Las redes sociales han generado una invasión de imbéciles que le dan derecho de hablar a legiones de idiotas que antes hablaban solo en el bar después de una copa de vino sin dañar a la comunidad, eran callados rápidamente. Ahora esos idiotas tienen el mismo derecho de hablar que un premio Nóbel. ¡Es la invasión de los imbéciles!”

¿Habrá querido decir que los opinólogos se tomaron sus copas de vino?

A la pobre Sra. Libertad la han convertido en una puta de lujo. ¿Tendrá WhatsApp? ¿Tendrá su página web? ¿Usará portaligas, tanga o hilo dental?

El ciudadano se ha convertido en un mero burro que repite todo lo que ve y escucha, no se toma el trabajo de pasar todo lo que le llega por el tamiz de su Neocórtex, simplemente vomita las palabras.  A esto le sumamos que muchos intelectualillos con el fin de lograr otros fines no tienen el cuidado de usar las palabras adecuadas. La intelectualidad está muriendo. Cuando digo “intelectualidad” no hablo de los “doctos” sino del sentido del razonamiento de las ideas. El ciudadano simplemente vomita todo lo que le llega a la cabeza. “El ciudadano, no es un árbol que crece a la buena de dios. Al ciudadano hay que crearlo, hay que educarlo, tiene que haber pasado por la experiencia de ser gobernado y gobernar”, suele decir Fernando Savater. Ya sabemos cómo el Estado desde hace décadas viene formando ciudadanos mediocres.

Por estos días suena los líos que hay en Chile y en Bolivia. Son países soberanos que deberían saber cómo resolver sus problemas. Sus ciudadanos eligieron gobernantes, buenos o malos, no importa, los eligieron.  En cuanto a Bolivia, todos se preocupan por convencer al resto que hubo Golpe de Estado si  entender el significado de este Instituto, más nadie se preocupa en resaltar que Evo Morales quería perpetuarse en el poder como los Kirchner, como los Chávez y Maduro y como los Castro. Si miramos a Europa, nos encontraremos que no hay gobernantes eternos, sino que tienen comienzo y fin, además se van rotando. ¿Habrán entendido que demasiado tiempo en el poder genera corrupción?

Personalmente ni Chile ni Bolivia son santos de mi devoción, quizás tengo el prejuicio de la Guerra de 1879-1883, donde el primero se preparó diez años para hacernos la guerra y el segundo fue un vil cobarde que ni siquiera se presentó a la batalla, dejándonos con una guerra que no la habíamos buscado. Lean historia muchachos.

Garcilaso de la Vega dijo hace más de quinientos años “EL Perú es una madre amorosa con hijos ajenos, pero una madrastra con los hijos propios”. Los peruanos luchan por ideas foráneas, pero no por las propias. No saben historia. ¿Cómo los puedo llamar? Mi padre diría “son unos cojudos”. Mi amigo el Dr. Augusto Flores Cárdenas seguro acotaría “No quieren a su madre. ¿Cómo no vas a querer a tu madre?”
Como en todo, jamás podríamos hablar de todos, por que como ya hemos hablado en alguna oportunidad “El Absoluto no existe”, todo es relativo. ¡Por suerte para la ciencia y la humanidad!

Ya es tiempo que dejemos de ser los Imbéciles de la historia y nos comportemos como lo que somos: El país con más cultura en el mundo y con una antigüedad de entre siete mil a nueve mil años. Y… dejemos que los vecinos aprendan a resolver sus propios problemas, pero sobre todo dejemos de tener una mente mediocre tercermundista. ¡También dejen de ser opinólogos que vomitan las palabras, usen más sus Neocórtex’s!


© Miguel Ángel Villegas.