En esta parte del continente el 21 de septiembre, como todos los años, los jóvenes estudiantes de la Ciudad de Buenos Aires (y los no tan jóvenes) se darán una escapada a los “Bosques de Palermo” para celebrar, además del “día del Estudiante”, la llegada de “la primavera”. Será un día de mucha algarabía. Se consumirán muchas bebidas gaseosas, algunos licores y seguramente también muchos preservativos. Es decir, será una fecha de celebración “Vox Populi”.
Hay otro tipo de “Celebración” que también debería ser en esos términos, sin embargo, al punto que va, es posible que pase desapercibida y sólo sea conocida por aquellos que quieren o desean que así sea, como en otros tiempos. Esa “Celebración” es la que en esta oportunidad me trae aquí. Estoy hablando de la elección del “CONSEJO DE CONSULTA” en las respectivas jurisdicciones consulares.
Podría enrolarme en aquello que es lo más habitual, lo más común: Realizar una interpretación artículo por artículo del “Reglamento de Organización y Funciones de los Consejos de Consulta”, para tratar de descifrar lo que quieren decir. Dicho de otra manera, “Aquello que el legislador quiso expresar o intento expresar”.
El articulado del presente reglamento, es simple, no requiere tanto análisis. Cualquiera puede realizar su propia interpretación y estoy convencido que llegará a la misma conclusión. El texto, no tiene nada para darle vuelta de tuerca o buscar interpretaciones rebuscadas y menos esforzarse para llegar a comprenderlo.
En este “estado”, podría también seguir la “habitualidad” y dar por terminado este tema. Sin embargo, cuando percibo, escucho y observo la realidad, ésta, me lanza miles de premisas, pero la que golpea con más fuerza en mi cabeza, es aquella que reza:
“A veces, las personas no reclaman un Derecho. No, por que no existe. Sino, por que no saben que existe”.
No sé cuales son las realidades de la Colectividad Peruana en las distintas jurisdicciones consulares en el mundo, pero conociendo la idiosincrasia del Perú y sobre todo su burocracia, puedo deducir que no es muy distinta a aquello que sucede en la “Jurisdicción Consular de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.
Estando a poco menos de 20 días para elegir a los “Miembros del Consejo de Consulta”, observo que poco o casi nada se preocupan las autoridades pertinentes (en este caso consulares) para que llegue a conocimiento de la mayoría o a la totalidad de los ciudadanos peruanos que viven en esta jurisdicción.
Durante las elecciones presidenciales pasadas, algunos compatriotas que se hacen o hacían llamar “Líderes” promocionaban que en la argentina había 106.000 (ciento seis mil) electores. Es más, el Cónsul Hugo Pereyra Plasencia expresó que en Argentina "hay cuatro consulados de carrera: Buenos Aires, La Plata, Córdoba y Mendoza. En total, suman 106 mil votantes peruanos entre los cuatro, aunque sólo en Buenos Aires se concentran 83 mil" (Declaraciones al canal de televisión C5N y publicadas en Infobae el 05 de junio de 2011).
Muchos de estos “Líderes” (yo los llamo “Lidercillos”) estaban muy ocupados tratando de lograr captar los votos de los electores peruanos en Buenos Aires, para de ese modo ser “elegidos” como (según ellos) “Representantes de los Peruanos en el Exterior”. Muchos de estos “Líderes” el único mérito que poseían era que vivían en el exterior y se hacían (se hacen) llamar “PEX”, término que particularmente a mí, me resulta contradictorio, pues tiende a “Cosificar” (de “res” o cosa) a las personas. No soy partidario de estos encasillamientos o cosificaciones.
Esto me recuerda que en la argentina, alguna vez a los ciudadanos bolivianos llamaban (aún los llaman) “bolitas”, a los ciudadanos peruanos, “perucas”, a los ciudadanos paraguayos, “paraguas”. En cierta ocasión, en alguno de mis trabajos previos a las relacionadas con el derecho, un compañero, argentino él. Me vio venir y cuando estuve cerca, me dijo: ¿Y “peruca” todo bien? Lo miré: ¡Todo bien “Imbécil”, le respondí. El muchacho se sorprendió. “No te enojes Villegas. Los otros peruanos no se enojan cuando los llamo de ese modo”, me dijo. Lo volví a mirar, “me importa un ‘Carajo’ como les gusta a los otros peruanos que los llamen”. Nunca más volvió llamarme con un nombre que no sea mi apellido o mi nombre de pila.
Ahora, es cierto que los peruanos en el exterior NE-CE-SI-TA-MOS un representante que conozca nuestra problemática y nuestras necesidades. Pero, ¿quién carajo conocía a estos que se postulaban?¿cuáles eran sus méritos?¿cuál es su patrimonio?¿cómo compruebo su probidad e idoneidad?.
Vuelvo al principio. ¿Debo otorgarle mi voto sólo por que es un peruano que vive en el exterior? ¿Debo otorgarle mi voto sólo por que la realidad me dice que necesito un representante que conozca mi problemática? Al menos Yo, no le otorgo mi voto a cualquier “Mamotreto” que se suba a su cajón de manzanas y se ponga a gritar sus promesas electorales. Soy un ciudadano responsable y me preocupo en saber a quién estoy votando y por que estoy votando. Ya he dicho en otras oportunidades, “Yo no sigo, Yo acompaño” (http://kerriscoso.blogspot.com/2011/06/yo-no-sigo-yo-acompano.html).
Si conforme al actual Cónsul, en Buenos Aires hay 83 mil ciudadanos habilitados para votar, ¿cuál es la razón por la que hoy, que se debe elegir a los miembros del Consejo de Consulta no se está publicitando como es debido? ¿No se supone que los Consejos de Consulta al vivir en las jurisdicciones Consulares en la que pretenden ser elegidos, esa vivencia les hace tener un mejor conocimiento de las problemáticas y necesidades de los ciudadanos peruanos en el exterior?
Cierto es, que los Miembros del Consejo de Consulta prestan un servicio Ad-Honorem (Gratuito, sin remuneración ni honorario). Si cualquiera pretendiera reclamarle algo, simplemente podrían objetar diciendo, “no cobro nada, es más dedico parte de mi tiempo para trabajar en beneficio de la colectividad. Tiempo que podría dedicar a mis propios proyectos, mis propios negocios. Y encima vienen y me reclaman”
Mirado a simple vista, “tienen toda la razón del mundo y no cabría la posibilidad de reclamarle nada”. Sin embargo, no podemos ser tan simplistas y quedarnos sin buscar una respuesta coherente a estos tipos de servicios “Ad-Horonem”.
Cuando al principio dije que no iba analizar artículo por artículo el “Reglamento de Organización y Funciones del Consejo de Consulta” fue por que conforme iba leyendo, fui descubriendo que el “legislador” el día que lo aprobó, simplemente estaba borracho (se fue de parranda, de joda), digo esto por que al parecer simplemente desparramó términos que ni el mismo a llegado a comprender cabalmente, generando una profunda confusión en cada párrafo que ha “dibujado”, sumado a “ciertos interpretes” que le han dado una significación de acuerdo a sus propios intereses personales y no comunitarios. Digo esto, por que observo que el “Art. 1º El Consejo de Consulta constituye una instancia asociativa representativa de la comunidad peruana residente en la jurisdicción de la oficina consular, sin fines de lucro, autónoma, independiente y de duración indefinida. Está integrado por miembros de la comunidad peruana en términos individuales.…”, está siendo interpretada por legos a gusto de su propio bolsillo.
Cuando hablamos de “Asociación” en el ámbito Jurídico (por que tienen que tener normas determinadas propias para funcionar, independientes de aquella norma general que habilita la creación de estas Sociedades”), podemos decir que existen en el ámbito privado o publico. Aquí no hay mucho para perderse. Sin embargo, cuando hablamos o le agregamos “sin fines de lucro”, ahí sí que se arma un gran revoltijo y todos quieren interpretarlo como mejor le convenga a sus “intereses personales (su bolsillo), que tampoco está mal que todos quieran proteger su bolsillo. En general, cuando hablan de una Organización (Asociación, ONG, Cooperativa, entre otras) “Sin Fines de Lucro” casi todos, piensan que “todo lo que hace debe ser gratuito”, sin costo alguno, sin retribución, sin remuneración. ¿Por qué han llegado a esa interpretación? Habría que escribir una enciclopedia para responder todas las preguntas y todas las posibilidades en función de todos los intereses.
Cuando hablamos de una Organización sin fines de lucro, debemos de pensar en dos direcciones. La primera, “hacia fuera”. Debe comportarse como una verdadera empresa, compitiendo con empresas similares, buscando los mejores réditos, las mejores posibilidades de crecimiento, un mejor posicionamiento en el mercado con su producto. La segunda, “hacia adentro”. Aquí es donde debe comportarse “sin fines de lucro”, pero ojo, “NO sin obtener una retribución, No gratuito”, sino, por ejemplo lo más razonable, con un mínimo margen de ganancia que le permita sobrevivir y no que desaparezca en el tiempo.
En el mundo, no hay ninguna persona que se mueva (realice una acción) sin interés. Todos se mueven por interés. El interés es lo que mueve a la humanidad. Ahora, no me estoy refiriendo al Interés del tipo monetario sino a otro Interés. En este caso un Interés-Necesidad” o dicho de otra manera, un “Interés por necesidad” (En otra ocasión analizaré los tipos de Interés que existen, al menos bajo mi perspectiva).
Ejemplo: un bebe llora. Su interés: que la madre le preste atención. Su necesidad: quizás alimentarse, quizás estar en brazos de su madre o simplemente sentir el afecto de su madre.
Ahora, si lo traspolamos al tema del Consejo de Consulta, deberemos ver el Interés-Necesidad de cada uno de los actores.
El Estado.
El Consulado.
Los miembros del Consulta o Postulantes.
Los Ciudadanos Peruanos.
El Estado: principalmente el Ejecutivo y Legislativo. Su interés: Lograr integrar a los Ciudadanos Peruanos en el Exterior, como parte de la Nación. Su necesidad: En épocas electorales (único momento en el cual se acuerdan de ellas) captar y capitalizar la mayor cantidad de votos posibles. En el caso Judicial, no habrá “Necesidad”, pero sí un “Interés”, que estará dado en la eventualidad que se produzcan reclamos judiciales de los ciudadanos peruanos en el exterior y que al efecto haya mecanismos para salvaguardar derechos.
El Consulado.Su Interés: Lograr el reconocimiento de los ciudadanos peruanos en la jurisdicción donde ejerce su función o cargo. Su necesidad: Lograr que sus superiores premien su labor a través de ascensos o nombramientos en otros órganos e instituciones internacionales (ONU, OEA, etc.) o lo designen Embajador.
Comunidad.Su Interés: Ser parte de una Nación (comunidad, país). Su necesidad: Ser mejor atendidos en los Consulados. Tener una protección jurídica efectiva. Tener contención social a través de “asistentas sociales” que comprendan la problemática y la idiosincrasia del ciudadano peruano, entre muchas otras. La lista es interminable.
Consejo de Consulta y/o Postulantes. (Aquí debemos incluir también, a los “Lidercillos”, “los politiquillos de pacotilla y a “los chicaneros” que tienen un interés muy particular). Su interés: lograr alguno de los Cupos existentes dependiendo de la jurisdicción consular. Su Necesidad: Es diversa. Unos querrán trabajar para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos peruanos en el exterior, el altruismo ante todo. Otros buscarán lograr mayores ventajas para sus negocios o “negociados” y para ello recurrirán a todo tipo de artimañas, triquiñuelas y argucias. Estos últimos van en busca de una sola cosa: “Los Contactos”. (En las escuelas de negocios o empresariales, una de las materias esenciales y de gran importancia, son los “Clientes”. En otros términos serian, “Los Contactos”)
¿Por qué he llegado hasta aquí?
Trato de comprender la razón por la que “algunos” están desesperados por obtener uno de los limitados cupos y no es precisamente “su altruismo” el que los moviliza. ¿Cuáles son los motivos por las cuales, las elecciones a los miembros del Consejo de Consulta no están siendo publicitados debidamente? ¿Será que algunos pocos desean acceder a ser miembro del Consejo de Consulta?
Es la primera vez, al escribir mis cavilaciones me encuentro con tantas preguntas y no sé si voy a poder responderlas, al menos hoy. Quizás me suceda como en aquella oportunidad mientras cursaba el CBC (Ciclo básico para el ingreso a la Facultad de Derecho en la Universidad de Buenos Aires), más precisamente mientras cursaba la materia “sociología”. El profesor planteó un “problema social” para discutir en clase. Se discutió en grupos. Fue una discusión efervescente y por algunos momentos acalorada. Todos llegaron a conclusiones diversas. Muy pocos coincidimos.
Para tratar de resolver la cuestión planteada, le pedimos al profesor que intervenga y que nos ayude a resolverlo, por que no habíamos logrado una solución que satisfaga a todos. Él dijo, “no lo sé. No se hagan tanto problema por que la solución no la encontrarán hoy, la encontrarán a lo largo de la vida. Quizás, nunca la encuentren”.
¿Será que algunos sólo tienen necesidad de tomarse fotos en brindis con las autoridades consulares? ¿Será que algunos, al ser mediocres no quieren perder el poco poder que han acumulado a lo largo de los años?¿Conoceremos a los Candidatos a Miembros del Consejo Consulta de este año o será todo a sobre cerrado o dicho de otra manera, a puertas cerradas?¿Los Ciudadanos peruanos en Buenos Aires podrán ejercer sus derechos?¿Habrá una democracia efectiva?¿Tendrán probidad e Idoneidad los postulantes?¿tendrán noción de ética?
Ahora bien, cuando se analiza estas cuestiones que están a trasluz, a propósito, para que no se descubra las verdaderas intenciones de estos “malintencionados”, ¿debemos quedarnos en silencio sólo por temor a enfrentarnos a estos “sátrapas mediocres” que todos saben quienes son, todos los conocen, pero que no se atreven a gritarlo a viva voz? ¿Cómo eliminar a estos “Lidercillos”, a estos “politiquillos de pacotilla”?, muy simple, PAR-TI-CI-PAN-DO de un modo efectivo y haciendo valer tus derechos. Buscando y promoviendo que los postulantes a miembros del Consejo de Consulta sean personas “Probas e idóneas” y no mero “figuretis” que se anotan y postulan para lograra los “Contactos y las fotitos”
En diversas ocasiones, Fernando Savater a expresado que “La educación es la única forma que hay de liberar a los hombres del destino, es la antifatalidad por excelencia, lo que se opone a que el hijo del pobre tenga que ser siempre pobre; a que el hijo del ignorante tenga que ser siempre ignorante; la educación es la lucha contra la fatalidad. Educar es educar contra el destino, que no hace más que repetir las miserias, las esclavitudes, las tiranías, etc. Además hay que educar para la ética, hay que saber que educar es ya, en sí, una labor ética, emancipadora…”, también a dicho que “…en una democracia los ciudadanos no aparecen de una manera espontánea como ciertas plantas, no son una programación natural de la naturaleza. Los ciudadanos son un invento social. Son un producto de la determinación política. Al ciudadano hay que prepararle, hay que inventarle, hay que crearle. En una democracia, gobernantes somos todos y políticos somos todos. Los que mandan en un momento determinado son nuestros mandados, aquellos a quienes, nosotros les hemos mandado mandar, por ello en democracia no existe el exterior de la política (Ojo, no está hablando de política partidaria), nadie se puede quedar fuera. Optar por no meterse en política es también una actitud política…” Savater, también se refiera a que los griegos lo tenían perfectamente claro. “…puesto que todo el mundo va a gobernar, todo el mundo tienen que pasar por una experiencia de haber sido socialmente gobernado, es decir, socialmente preparado, educativamente. Por que depende de esa buena preparación, luego, el gobierno de la ciudad. Puesto que todo el mundo va a intervenir en política, toda educación en una democracia, es en cierta medida una “educación de príncipe.Educación de aquellas personas que van a tener una responsabilidad pública, lo sepan a no, se les conceda esa posibilidad o no. Van a tener una responsabilidad en último termino, aunque sea la de bloquear reformas necesarias”.
Asimismo nos recuerda una frase de John Kenneth Galbraith y expresa, “..Hay una frase que me marcó y que lamenté no haber leído antes, porque la habría podido introducir en mi libro El valor de educar. Dice Galbraith: «Todas las democracias contemporáneas viven bajo el permanente temor a la influencia de los ignorantes». Éste es un punto para pensar, la democracia hace que todo el mundo tenga voto y por lo tanto los ignorantes —que desgraciadamente pueden ser muy numerosos— pueden bloquear las soluciones adecuadas, apoyar los integrismos, los populismos, las soluciones brutales, influir, en último término, en el sabotaje de la propia democracia que utilizan, pero la culpa no es puramente del ignorante, sino de quien lo ha mantenido en la ignorancia, de quien no ha luchado por romper esa cadena de ignorancia”.
Finalmente, luego de casi 20 años de ostracismo voluntario, he vuelto con más fuerza, con probidad e idoneidad. Sin fanatismos, ni mediocridades. Todo lo que poseo, lo he logrado por esfuerzo y mérito propio, “me lo he ganado”. Por suerte, en está vuelta he descubierto a otros ciudadanos peruanos que tienen estas mismas ideas y convicciones y que, como decimos en el Perú, “nos hemos roto el lomo para tener lo que tenemos”. Además, le hemos agregado un “plus” nos hemos instruido y preparado para el futuro, para generar entre todos, “CIENCIA” y ser de esta forma un “contra poder” respecto de esos “lidercillos” y “politiquillos de pacotilla” que lo único que han hecho es embrutecer y fanatizar, sobre todo a los más jóvenes. En cierta medida, todos somos o tenemos parte de culpa. Yo, (por ejemplo), por estos casi 20 años de ostracismo voluntario. Hemos dejado que esto suceda. De alguna manera hemos fracasado en nuestra tarea de elegirlos, sustituirlos, controlarlos y vigilarlos. Hemos permitido que suceda ello por no presentar alternativas mejores o como propone Savater, “…en último término, presentarnos como candidatos, como una mejor alternativa. En este orden de ideas, parafraseando a José Gabriel Condorcanqui (Tupac Amaru II), podría decir, “Tú y Yo somos culpables. Tú (El Estado y sus representaciones Consulares) por no gobernar en forma idónea y Yo (nosotros los ciudadanos) por permitirlo.
“COMPATRIOTA, EL 25 DE SEPTIEMBRE VOTA EN LAS ELECCIONES PARA EL CONSEJO DE CONSULTA, DE LA JURISDICCÓN CONSULAR DE BUENOS AIRES”
No estamos tan mal, pero, podríamos estar mejor…sí quisiéramos (Proverbio propio)
DATOS:
En Ética y ciudadanía, Caracas: Monte Ávila, 1999:
Abogado (en Perú y Argentina), Blogger, Artista plástico y Peruanista.
Narrar sobre mí, nunca me ha sido fácil, siempre me resultó más simple contar sobre los demás. Narrar las vivencias de los otros, sus historias, sobre todo de aquellos a los cuales la sociedad lentamente los ha convertido en seres invisibles.
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