San Pierre Vs. Don Marco y su Búfalo |
Demás está decir, que dichos informes al final de cuentas sólo sirven para fines publicitarios de las obligaciones del Príncipe, a pesar de ello deberían ser entregados por una cuestión de obligación y en cumplimiento de un “Acto Público”. Sin embargo, eso sólo ha quedado al parecer reservado al mundo de las ilusiones donde seguramente dirán (Los mandatarios), “Yo lo hice”.
Le preguntaron al Cónsul si entregaría copia del mencionado balance, pero, parece que hay cosas que los oídos del funcionario no están preparados para escuchar o en la academia diplomática quizás sea un requisito de ingreso la extracción del yunque y el martillo.
Es de suponerse que si presentara un escrito solicitando una copia del balance que exhibieron en Power Point, deberían entregarme un ejemplar. Es su obligación, salvo como dije al principio, dicho informe sea una “Cuestión de Estado” y deba solicitárselo al Presidente Ollanta Humala. Por como vienen las cosas últimamente, no es tan descabellada esta alternativa. Aún no he pensado en solicitarlo. Quiero creer (cada vez creo menos) que aquellos datos que mostraron, son ciertos.
Apenas leí la invitación que me llegó por E mail, supuse que la reunión sería para que nos muestren el informe y nos dieran las explicaciones pertinente. La reunión decía, era para el Balance del Peruba-2014 y la Elección del Consejo de Consulta 2014-2015.
“¿Cuántos minutos podría durar la explicación del Balance, 25 minutos? ¿Cuánto podría durar la explicación respecto de la elección del Consejo de Consulta, otros 25 minutos?”, pensé.
—“Total 50 minutos. Vamos a agregarle unos 10 minutos adicionales para compensar, los vacíos, los sorbos de agua y alguna que otra divagación que pudiera tener el ‘Explicador’. Con una hora basta y sobra”—, me dije.
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Y…!zas!, comenzó con sus explicaciones sobre los dichos y/o expresiones en algunos medios de comunicación. Bueno, en realidad se centro en un medio en particular: El periodista Pierre Manrique, del programa “Algo Más”
¿Era necesario que se pusiera a dar ese tipo de explicaciones? Para aquellos que viven del puterío, posiblemente sí, pero al menos ese día, esos, no habían asistido. En cierto momento, que ya estaba aburrido de escuchar el sermón patético del ciudadano Marco Núñez-Melgar Maguiña, que le dije a uno de mis amigos,
— ¡Me voy, éste, me aburrió!
— No te vayas, quédate un momento— me dijo.
De mala gana le hice caso, me quedé. Minutos más tarde lamenté haberle hecho caso. No voy a contar los detalles de lo que sucedió cuando estaba finalizando la reunión, por que fue realmente vergonzoso. No vale la pena.
Tampoco voy a juzgar la labor policial, por que de última es parte de su trabajo brindar protección al personal consular, estén equivocados o no. Sin embargo me nacen algunas preguntas. ¿Es tan peligroso el periodista Pierre Manrique para que el personal policial haya actuado de la forma que lo vimos actuar? ¿A partir de ahora debemos temerle al periodista Pierre Manrique? ¿Si tanto temor tiene el Cónsul Núñez-Melgar al periodista Pierre Manrique, los demás ciudadanos debemos que contratar nuestra propia seguridad para asistir a los lugares donde coincidamos con el mencionado periodista? Al mismo tiempo, ¿debemos comenzar el proceso de canonización del ciudadano Núñez-Melgar?, por que si a uno le debemos de temer, es de suponerse que al otro lo debemos de adorar. ¿Tendremos que levantarle su capillita?
Más pavor creo Yo, debemos tenerle a los ayayeros, a los farfulleros, a los Politiquillos de Pacotilla, a los mediocres y a los nuevos Figurettis que pululan alrededor del Consulado General del Perú en Buenos Aires y que en general son los que tienen mayor aceptación por parte de los funcionarios consulares, ¿por qué?, muy simple: “El Chupamedias” y el funcionario consular se necesita uno del otro para decir que “están trabajando por el colectivo”.
¿Por qué le exigimos al funcionario Consular?, también la respuesta es simple: Le pagan un sueldo para que haga un trabajo eficiente, no para decir “huevadas” o hacer niñerías propias de los adolescentes. Cada minuto que está en el local consular le están cayendo a sus bolsillos las monedas respectivas, no lo hace por que sea caritativo o por que esté donando su tiempo en trabajo voluntario, le pagan para hacer un trabajo.
Cierto es que los “chupamedias” son de los que más abundan en el Consulado y en aquella reunión algunos se hicieron visibles, no hay duda que también mostraron su mediocridad. Los seguiré observando.
Salvo escasas excepciones, la mayoría de los medios temen hablar del Consulado, sus escritos parecen textos de autoayuda y no análisis de la realidad. Muchos temen o creen erróneamente que mostrar una realidad es estar contra el colectivo. Cuando escucho frases como eso recuerdo dos que las refutan de una manera simple: “Cómo puedo decir que el sol no brilla, cuando estoy viendo que brilla”; “Cómo pretendes tapar el sol con un dedo”.
En general, muchos no tienen ideas coherentes con las cosas que hacen. Muchos, pecan de neutros, son los nuevos “Glicerinas”.
“Todos sabemos que Pierre Manrique no es San Francisco de Asís, pero tampoco es el Anticristo”, le he dicho en cierta ocasión, en una reunión privada, al ciudadano Núñez-Melgar, y creo que ustedes estimados lectores quizás pueden coincidir. Puede o no gustarnos sus modos o métodos de hacer periodismo, pero revisando las historias de otros medios, muy pocos se animan a destapar la tapa de la olla, sobre todo cuando esa tapa esta que arde. En términos futbolísticos, diría que la gran mayoría de periodistas en Buenos Aires son unos “pechos fríos”.
En medio de la batahola de aquél día, un nuevo personaje saltó a la palestra, como reclamando la gloria que debía corresponderle. Salto sin aviso previo, sin notificación ni intimación alguna. Salto y punto. EL BÚFALO, un individuo que si bien no pudo o no quiso lanzar golpes de puño ni patadas. Su sola presencia ya era sinónimo de VIOLENCIA. En algún momento de la trifulca, donde por suerte no llovió nada, cuando ya “algo” se había calmado los ánimos y charlábamos animadamente el Dr. Augusto Flores Cárdenas, el Cónsul Luis Castro Joo y Yo, y mientras “El Búfalo” se acercó a nosotros con una bandeja con sándwich de miga, estaba tan pendiente de lo que sucedía a unos cuatro o cinco metros, con los músculos tensos, con las orejas y hocico apuntando a “ese” lugar, como un perro de caza, creo que ni siquiera se percató que algunos levantamos algunos sandwich´s de la bandeja que portaba. Identificar al personaje, es simplemente un “SANCOCHAO”.
Mientras lo observaba, aquél día, recordaba al mítico Búfalo “Villanueva del Campo”. ¿Será este personaje, con actitudes matonescas y nada tranquilizadoras, el búfalo del futuro en la Ciudad de Buenos Aires?, el tiempo lo dirá.
Cuando publique este artículo, ya se habrá producido la elección del Consejo de Consulta. Si todo sigue como hasta ahora, donde la falta de promoción idónea por parte del Consulado, la inoperancia de los que se asumen como líderes, cuya única premisa es “Fundar su Asociación o seudo federación” como meros Manco Capac’s que sólo quieren su barrita de oro para fundar su propio Cuzco, la falta de participación ciudadana, a veces por comodidad, otras veces por ignorancia y unos pocos por falta de herramientas que les sirva para organizarse. Dos o tres, quizás se salven, el resto tienen grabados en sus frentes el mismo término: MEDIOCRIDAD.
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No estamos tan mal, pero, podríamos estar mejor… Sí quisiéramos. (Proverbio Propio)