Banda de Hermanos

La primera vez que asistí a un campeonato de fútbol corrían los años ´70, tenía por entonces 6 años aproximadamente y se jugaba una de las fechas del Inter-escolar regional de toda la provincia.

Desde aquellos años hasta el lunes 16 de octubre de 2006 han pasado varias décadas para que nuevamente vuelva a asistir a un campeonato de chicos de entre 6 a 12 años, esta vez… como espectador.

La invitación para este evento me llegó de improviso, que sólo me dio tiempo para tomar una carpeta (folder) y un par de hojas en blanco.

Ese lunes 16 de octubre la cartilla correspondiente al campeonato de interclubes barriales decía que “El Club Martín Fierro”, ubicado en el barrio de BOEDO de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, visitaría a la “Cooperativa San Martín”, perteneciente al Partido de San Martín, asentado en las afueras de la Ciudad Autónoma, lo que en la Argentina denominan: “Provincia”, algo que a veces para el que no conoce puede llegar a confundirlo, al creer que se está hablando de las PROVINCIAS propiamente dichas, tales como: Córdoba, San Juan, Mendoza o Buenos Aires. Estas “provincias” se asimilarían a los que en otros lugares o países se denomina Distritos, así por ejem. en el caso de Lima-Perú sería: Barranco, Miraflores, Jesús María u Olivos.

El micro (colectivo) que transportaría a los chicos del “Martín Fierro” llegó cerca de las 13 horas. En medio del bullicio de los más pequeños, el micro se fue llenando con aquellos que jugarían y con aquellos que iban a alentar en las tribunas.

Durante el viaje, que duro unos 45 minutos aproximadamente, el bullicio de los párvulos se fue intensificando, convirtiéndose poco a poco en cantos de aliento y algunas veces en coros de reproche.

—¡Rifle, botón…botón…botón!!.(1)

—¡Santiago, botón…botón…botón!!.

Durante el trayecto el paisaje no siempre fue el mismo. De calles perfectas con semáforos bien pintados y funcionando correctamente. De edificios altos con autos último modelo estacionados en sus entradas. Con jardines bien cuidados y porteros prolijamente vestidos, cuando cruzamos la Av. General Paz (línea divisoria entre la Ciudad autónoma y la “provincia”), nos encontramos con calles llenas de basura y chatarra, con casas o algo que se parecía a lo que denominamos “Casa”, construidas con retazos de madera y chapa (calamina), las que estaban en mejores condiciones tenia uno que otro ladrillo, es decir, eran “casas” construidas con lo que venga.

Alguno comentó:

—¡Ni mamado cruzo por esta zona de noche!!.

Finalmente luego de atravesar una serie de vericuetos, llegamos al campo deportivo de la “Cooperativa San Martín”. Los más pequeños como siempre, fueron los primeros en bajar y rápidamente se metieron al campo para hacer su “reconocimiento”, los demás, debimos pasar primero por las boleterías.

Una vez dentro del campo deportivo me ubique en una de las tribunas siguiendo a los demás padres y parientes de los “jugadorcitos” para disfrutar los partidos correspondientes a ese fecha del campeonato.

La Canchita de fútbol” debía tener unos 15 mts. de largo por unos 10 mts. de ancho aproximadamente, sobre las bandas tenía unos bancos de madera que servían de tribuna de aquél lugar. En uno de los sectores habían ubicado una pequeña y destartalada mesa de madera donde uno de los organizadores iba controlando la identidad de cada uno de los jugadores de las distintas categorías, por lo que los pequeños con documento en mano hacían fila para pasar dicho control. Al costado, el árbitro, vestido con su clásico uniforme negro descansaba tranquilo esperando que le den el visto bueno para dar inicio a los partidos de las respectivas categorías. Mientras tanto, los padres de los “jugadorcitos”, iban de un lugar a otro, nerviosos y fumando un cigarrillo tras otro.

Cuando mi reloj marcó las 3.15 de aquella tarde, el árbitro se levantó, hizo sonar su silbato y llamó a los jugadores, acto seguido dio inicio al primer encuentro:

CATEGORIA 2000.

Los más pequeños de esta serie de encuentros futbolísticos, apenas oyeron el silbato del árbitro corrieron y se arremolinaron a su alrededor para escuchar las últimas recomendaciones.

Desde que comenzó el partido y durante su transcurso, el balón recorrió todos los sectores del campo. Los pequeñines… tras él.

La lucha poco a poco se fue planteando en el medio campo, en cierto modo fue bastante trabado por el ímpetu que ponían cada uno de los “jugadorcitos” en el “mano a mano”, así fue durante algunos minutos, hasta que el más habilidoso de los delanteros de la “Coop. San Martín” eludió a la defensa rival y sacó un tiro cruzado, arriba, en la esquina, donde nunca llegan los arqueros.

—¡¡¡¡GOOOOOOOOLLLLLL!!!!!!—gritó la hinchada local.

La tribuna de la “Coop. San Martín” se transformó en un griterío apabullante, que casi silenció el grito del goleador. La tribuna visitante había enmudecido y sólo atinaron a mirar como los “jugadorcitos” de la “Coop. San Martín” celebraban el gol en el centro del campo, mientras que los locales andaban de un lugar a otro medio perdidos, quizá, añorando hazañas pasadas.

Cuando terminó el primer tiempo, los locales iban ganado 4 a 2.

En el entretiempo que duró 10 minutos, el DT de “Martín Fierro” reunió a sus jugadores y mientras los alentaba, les dio la respectiva charla técnica. Pero sobre todo los lleno de mucho afecto y esto se notó inmediatamente, pues cuando salieron a jugar la parte final del encuentro, la actitud de los pequeñines era diferente, estaban como poseídos por Marte (el dios griego de la guerra), digo esto por que los veía correr de un lado a otro, con el balón pegado a los pies, defendiendo con el cuerpo, con el hombro, con los brazos. Los “pases” era precisos y cuando alguno perdía, sólo les bastaba segundos para recuperarla. A estas alturas podría decirse que era un “baile”, y el jugador número “10” de “Martín Fierro” ya se había adueñado del mediocampo y empujaba a sus compañeros. Los locales, eran meras figuritas en el diagrama de este campo de fútbol.

El 4 a 2 que marcaba la pizarra, ya eran números ficticios que no representaban lo que realmente sucedía en la cancha. Los padres… corrían, temblaban, fumaban y gritaban.

En medio de todo esto, de pronto, llegó el tercer gol de “Martín Fierro”

Locales: 4, visitante: 3. se anotó en la pizarra.

Los chicos de la “Coop. San Martín” comenzaron a quedarse y “Martín Fierro” aprovechaba para seguir presionando. Faltaban 10 minutos para finalizar el encuentro y el DT de la “Coop. San Martín” había enloquecido, corría de un lugar a otro, por toda la banda, gritando a sus dirigidos para que mantengan sus líneas, para que recuperen el balón y sobre todo para que defiendan a como de lugar la victoria parcial.

Los pequeñines hacían lo que podían a pesar de los gritos de su DT y la presión que bajaba de la tribuna, no lograban recuperar el balón y menos tenerlo, por el avasallamiento de los delanteros de “Martín Fierro”.

De pronto: FOULLL.

Caen lastimados al piso dos contendientes. Los DT corren presurosos para atenderlos. Los “jugadorcitos” de la categoría 2000 simplemente se largan a llorar y contagian a sus demás compañeros. Corren algunos padres para ayudar a asistirlos, aquí no hay ambulancias ni camilleros, ni televisión, ni camarógrafos. No hay porristas ni dirigentes corruptos. No hay la violencia de los patoteros ni la de los barrabravas, sólo fútbol, fútbol y más fútbol.

Poco a poco, las lagrimas se fueron secando en la mejillas de los pequeñines y nuevamente prosiguió el encuentro, con él, el grito del DT local y de toda la hinchada que había poblado aquella tarde las tribunas.

Resultado Final: “Martín Fierro”- 5 ; “Coop. San Martín” – 6.

Mientras la tarde iba llegando a su fin y la noche atisbaba en el horizonte, el equipo local celebraba el ajustado triunfo conjuntamente con toda su “hinchada” (Madres, padres, tíos, primos, hermanos, amigos). A lo lejos, el “arquerito” de “Martín Fierro” triste y cabizbajo se alejaba lentamente hacia los vestuarios siguiendo a sus demás compañeros, quizá pensando “si me hubiera estirado un poco más esa bola no se hubiera metido al arco”, a su lado, su DT lo acompañaba para que no se sintiera solo en medio de la algarabía de los locales.

Aquella tarde del lunes 16 de octubre de 2006 jugaron también otras categorías (93, 94, 94, 95, 96, 97, 98), algunas ganaron y otras perdieron. Cuando finalmente cayó la noche y el árbitro dio el pitazo final todos corrieron a cambiarse. Minutos después, volvieron a subir al micro y emprendimos la marcha de regreso.

Poco a poco el ambiente, nuevamente se fue poblando del bullicio de los más pequeñines. Atrás quedó el sabor amargo de la derrota y retornaron a los cánticos de siempre.

—¡Santiago, botón…botón…botón!!!.

Mientras tanto, Yo… me perdí en mis recuerdos, allá por la década del ´70, con mi equipito escolar de San José (Provincia de Canta), el pueblito donde pasé una parte de mi infancia a 80 km. de Lima (Perú), pero… esa es otra historia.

(1)Botón: Buchón, soplón.

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NOTA:

este articulo lo escribí hace casi 2 años y lo habìa "perdido", es que como mi PC estaba en reparaciòn el texto lo escribì en papel (como generalmente suelo hacerlo) y se los dí a los directivos del Circulo Martin Fierro, pero por cuestiones que no vienen al caso se habia extraviado y yo quería recuperarlo.

finalmente la semana pasada lo encontraron y me entregaron, le hice algunas correcciones y cuando estaba a punto de publicarlo en mi blog me hicieron llegar un INFORMATIVO, donde nos cuentan que debido al cambio de autoridades en el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sus funcionarios en el ámbito de la secretaria de deportes pretenden renovar sin consulta previa a las entidades los contratos vencidos de PADRINAZGOS que los liga como Asociación Civil con su patio recreativo Nº 7 y que al querer renovar estos PADRINAZGOS les imponen una serie de responsabillidades (monetarias) las cuales no pueden aceptar ya que dista mucho de la realidad que se vive,

Por tal razón "El CIRCULO MARTIN FIERRO" junto a otras entidades que dependen de dicho organismo, entre ellas: CUGON, BUENOS AIRES SUR, ESTRADA ALMAGRO, EL BARRIO, IDEAS, etc. se encuentran sumidos en el compromiso mutuo de pelear por lo que creen justo y digno para dichas instituciones.

¡Que el deporte no sea sòlo para los niños que puedan pagar un elevado arancel!

¡Que no se privatice los espacios públicos!

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Una de las cosillas que me ha sorprendido de buenos aires, es precisamente esa: No hay espacio para practicar deportes en forma GRATUITA. TODO ES ARANCELADO. los escasos espacios que aun quedan poco a poco se estan esfumando bajo los cimientos de edificios o playas de estacionamientos.

A este paso, a los niños cuyos padres no tiene un buen poder adquisitivo deberan conformarse con jugar al futbol con una pelota de tenis o una canica en sus habitaciones de las pensiones de hotel donde viven la gran mayoria.

Eso...tambien es DEMOCRACIA?????
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